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El karma de la medicina



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Ella, mi compañera de toda la carrera, mi compañera de los primeros años de práctica hospitalaria, mi compañera de guardias… guardias increibles, situaciones bizarras que han quedado asentadas en mi cerebro, dejando la impronta de una suela de zapato sobre el cemento fresco aún… pero al mismo tiempo a punto de secarse.

Ella, mi profesora de danza árabe, había ido a una fiesta de cumpleaños para bailar. Suele realizar coreografías en fiestas y eventos, además de sus clases para enseñar las diferentes técnicas de practicar la danza del vientre.

Sábado, dos y media de la madrugada, en algún salón de fiestas de la Capital Federal:

La odalisca, ya que a esa altura estaba personalizando a una odalisca… entra corriendo al salón. Contexto: señor mayor, como de unos 60 años, tirado en el piso en el medio de la pista de baile, vomitado y como era de esperar…. sin pulso

Minutos mas … minutos menos… finalmente llega la ambulancia… ni hablar… el sujeto en cuestión había entrado en una situación médica irreversible… bolsa negra… y a otra cosa… paro cardio-respiratorio.

Cuatro de la mañana… suena el celular:

En fin… estas anécdotas me recuerdan que… podré renunciar a la matrícula pero… mal que me pese, esta profesión se te termina fijando en cada una de las células que componen nuestro organismo… aunque me dedique a vender churros… voy a morir inevitablemente siendo médica, ya no hay retorno.


 
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