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El domingo



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El despertador sonó como de costumbre, se levantó, fue al baño y repitió todo el proceso (la cafetera, el pan para que se tueste, el jugo de naranja recién exprimido, la mermelada dietética)… y 30 minutos mas tarde se posó sobre la báscula… como lo venía haciendo rutinariamente desde hace aproximadamente diez años.

Efectivamente, la marca llegaba justo hasta los 90 kg, ni uno gramo mas ni uno de menos, por lo menos 30 kg de sobrepeso la habían acompañado ese último tiempo manteniendo presente su historia. Claro que no todas las personas manifiestan la angustia de la misma manera pero ella… ella no pudo evitarlo.

Diez años… ya habían pasado diez años!!. Desde aquel momento… cada alfajor, cada plato de fideos, cada empanada, cada porción de asado… se habían convertido practicamente en su única companía. El recurdo de aquel Domingo de guardia no la dejaba en paz, no podía reponerse de aquel hecho tan lamentable que le había tocado en suerte vivenciar.

Ese Domingo la ambulancia llegó al lugar del hecho a 140 km por hora, casi no podía diferenciar si se trataba del tacómetro o la taquicardia que la incertidumbre le producía…”y ahora con que me voy a encontrar??”…

…la casa, una integrante mas del coqueto barrio privado no decía nada, pero la cara de aquel hombre que la recibió estaba absolutamente trastocada… entró, y pese a la experiencia profesional acumulada… no pudo creer el cuadro con el que se encontró… pulso cero, sangre por todos lados, orificios de entrada… 3, 4, 5… mejor ni seguir contando…. Que había pasado??… ahora eran 3 los que tenían la cara trastocada ademas del hombre, si contaba a la supuesta sobrina y al jardinero.

Paro cardiorespiratorio por muerte dudosa tuvo que consignar en el acta … pero lo peor de todo, fue ese microinstante en el que por tener que avalar aquel diagnóstico presuntivo con su firma y sello, sabía perfectamente que en su vida habría un antes y un después de aquel episodio.

Ni hablar, diez años mas tarde… el caso seguía sin resolverse… y ella lejos de la medicina, y con la única companía de su exceso de tejido adiposo… se dedicó a trabajar en su casa encerrada haciendo traducciones y monografías a pedido.


 
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