La elegancia primero
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La diferencia entre vivir una mañana binaria -de sí o no-, es el casi.
Hoy casi me quedo dormida en un evento, calentita, apoltronada miraba desde mi silla del fondo la pantalla, las diapositivas del ppt pasaban sin pena ni gloria, los expositores leían su discurso, se equivocaban, releían la frase para decirla correctamente.
Casi, cabeceo.
Cuando llego a esas instancias poco elegantes, clavo mis uñas a modo de pellizco en las palmas de las manos y/o recurro a San Lorenzo, canto su marcha mentalmente. Hoy si no fuera por Cabral, soldado heroico, cubriéndose de gloria, hubiera babeado.
Y no hubiera quedado muy elegante.
Jime, 3 de junio de 2010, 12:21:22 ART
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