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Monotemática



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Ya casi eran las 4 de la tarde y pase de sala mediante todos mis compañeros iban a salir corriendo del hospital, cual hormigas a las que se les patea el hormiguero, y la Dra. PW junto con quien les narra, iniciábamos nuestra seguramente agotadora guardia de 24hs.

No soy claustrofóbica, ni tengo pánicos ni fobias, ni alégias, ni constipación pero hay algo que cláramente identifico en mi estado anímico cuando tengo que hacer guardia -por suerte hace años que no tengo que hacer-, y es que al minuto uno de iniciada la ídem, tengo unas desesperadas ganas de rajarme del nosocomio que no tienen precedente.

Bueno, pero como también soy una boluda responsable, nunca hice eso y efectivamente, al minuto uno ya teníamos a una señora longeva y demente, tal como a los pocos minutos constatamos. Estaba rígida de tanta medicación recibida los últimos por lo menos 10 años en el geriátrico en el que vivía, arañaba, mordía y solo decía -a los gritos- "la puta que te parió", lo estoy diciendo en serio, toda pregunta que le hacíamos para intentar recabar datos de su pasado se frustraba con su respuesta y no sólo eso, sino que al sacarle sangre y hacerle otras maniobras, obteníamos el mismo resultado.

Bien, terminamos de ingresarla y luego tuvimos que presentársela a nuestro residente superior, en toda guardia trabaja el soldado raso y se supervisa con el superior, así que mi compañera y yo decidimos hacerle una broma diciéndole antes de presentarle el caso que nos parecía que la paciente lo conocía, porque preguntó por él varias veces diciendo que por favor la vaya a ver a la cama, que aunque esté dormida la despierte para saludarlo.

Podrán imaginarse lo que la señora -a esta altura demente comprobada-, le gritó cuando él se le acercó al oído para despertarla. Y nosotras estábamos escondidas detrás de la puerta de la sala meándonos de risa.

No conformes con ello, al otro día a la mañana recurrimos al mismo truco con el jefe de sala, quién salió de la sala a las puteadas diciendo que nos iba a dar una patada en el orto a cada una.

Y esa, fue la única manera que encontré para soportar esas guardias, no siempre nos salía tan bien, pero hacíamos el esfuerzo.


 
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