Las lechugas no se reservan a los gritos
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Hay lugares que generan la obligatoriedad de quedarse callado, por ejemplo un templo (de la religión o creencia que sea), cuando se encuentra prácticamente vacio. Hay lugares que generan la necesidad de intercambio verbal con el ser humano que se encuentre cercano a nosotros en ese momento, sea o no conocido.
Puede tratarse del ascensor, de la entrada del edificio donde vivimos, de la cola de algún sitio para pagar algún impuesto, de la cola del supermercado, en una ventanilla para inscribirse a algún curso, en la sala de espera del medico o en la verdulería y hoy, casualmente no tenia ganas de intercambiar vocablo pero:
- buenas, por favor me da estos dos tomates, esa bandejita de champiñones, esa…??
- eeeeh, A MI RESERVEME UNA LECHUGA QUE YA VENGO!!! (gritando desde la carnicería que queda a 5 metros de distancia)
- bueno, como decía, me da un kilo de papas, cebolla…. y esta lechuga (me encanta ir poniendo yo las cosas sobre la balanza)
- no!, esa lechuga es mía!!!!
- pendón?
- si, que esa lechuga la reserve yo hace 5 minutos!!!
- señora, hace mas de 5 minutos que me están atendiendo a mi… desde cuando se reservan las lechugas??
- esa lechuga es mía porque yo grite desde allá hace 5 minutos cuando estaba comprando en la carnicería
- aja, bueno, dele la lechuga a la señora y a mi deme esa que tiene ahí en la heladera que esta mas fresquita
- eeeeh, no, bueno, si te vas a pones así llevatelá y yo me llevo la de la heladera
- no, señora, yo no me pongo ni así ni asa!!! y me llevo la lechuga que se me canta!!!, y usted espera a que terminen de atenderme para poder llevarse su lechuga reservada, y si es posible no me dirija mas la palabra!!!, gracias!!!
- (!!)
En fin, un domingo a la mañana prefiero el intercambio del estilo: “que feo esta hoy el día!!!, el servicio meteorológico anuncio chaparrones… aaah, si, va a llover… si, va a llover, por eso lo que mata es la humedad”.
Jime, 31 de octubre de 2004, 20:05:12 ART