A Rusia con amor
»
La sensibilidad brota por los poros, de adentro, de afuera y se desliza, se acomoda, se acentúa y no se asegura fecha de pasaje de vuelta, ese que la lleve a destinos inciertos, el que la haga mantener una distancia prudente, indicada y saludable.
Pretende no pasar desapercibida y ciertamente lo logra.
Se hace presente, como las serigrafías del Quijote con sus molinos de viento... ellas saben cuando es el momento oportuno. Volcán en cuenta regresiva. La ciencia pareciera estar atada de manos.
Nunca se sabe, quizás finalmente todo se reduzca a creer o reventar.
Jime, 11 de agosto de 2004, 19:29:25 ART