El piloto
»
De eso se trata, te digo que si, le decía una moza a la otra mientras entraba una clienta al bar. La mujer vestía un solero turquesa con detalles bordados, nada de maquillaje, escasas alajas, salvo por una alianza que caracterizaba su estado civil. Se sentó en una mesa cercana a la ventana, prendió un cigarrillo, le dio una pitada y lo dejó consumirse en el cenicero. Esa no era su primera vez en aquel bar, pero posiblemente si fuera la última. Ella solía acudir a su encuentro; ellos nunca se sentaban cerca de las ventanas, pero esta vez iba a ser diferente a las anteriores. Esta vez ella estaba decidida a terminar con esa historia. Ya no soportaba mas el peso de la mentira, los dos estaban casados, pero el vínculo que los definía a ellos, era socialmente denominado como “los amantes”. Ella miraba su reloj (no acostumbraba a usarlo) pensando repetidas veces, “tengo que dejarlo, tengo que terminar con esto, tengo que tener valor, tengo que...”
- Perdón señora, ¿va a tomar algo?
- Mmnho, o si, disculpe, estoy esperando a alguien y no se, mejor espero a que llegue esta persona y le pido en ese momento
- Bien, cuando usted me necesite me llama
- Gracias... así será
¿Vés?, le decia nuevamente la moza
- Es lo que te digo
- ¿Qué cosa?
- Esta pobre mujer siempre lo espera, ha llegado a esperar 3 horas por él, y ese desastre... siempre tiene una “buena” excusa para dar... es lo que te digo, todos los hombres son iguales!!
- Che, pero vos no podés generalizar por una historia que apenas conocés
- No me digas eso, ya la he visto reirse a carcajadas, lagrimear, gritar, insultar... callar, la conozco mas de lo que vos creés
- Eeehh, pero eso no alcanza
- No, tenés razón, eso no alcanza... –dudó - a él también lo conozco: tiene mi nombre tachado al costado de su cabina.
Jime, 11 de enero de 2004, 21:35:56 ART