Artes y oficios
»
Fui a llevar mis sandalias al zapatero … relativamente nuevas… claro… desde que las compré… no dejé de usarlas ni un solo día… se hicieron como de goma.
En realidad antes de llevarlas… pensé en incursionar en mis viejas épocas de intentarlo yo primero con el cemento de contacto… al mejor estilo “Utilísimas tardes”… pero admití que era un desafío que me quedaba grande.
Cuando el zapatero separó sin ningún tipo de dificultad la suela del resto… sentí que me clavaba un puñal en el pecho… y casi brota un lagrimón
Bueno… en ese preciso instante pensé: espero que este “hombre” no desarme cosas que después no pueda arreglar!!! … es como si yo estuviera en el quirófano revolviendo el interior de un cuerpo humano y después no supiera como colocar todo en su lugar.
Jime, 28 de enero de 2003, 12:10:21 ART