Inspiración
»
Retomé mi grupo de terapia. Me encontré a la vuelta de las vacaciones terapéuticas con un grupo amor-amor que, como quien no quiere la cosa, me permitió ser la que tuviera la oportunidad de hablar.
Hicimos nuestro trabajo individual y a partir de allí fluyeron; los recuerdos, los sentimientos, y como en una secuencia cinematográfica; mi presente.
Hoy pude exteriorizar ese dolor “celosamente” guardado, cual paradoja porque, el tema que se trataba en el grupo eran los celos.
Hoy pude agrupar, integrar y hasta comprender aquellas vivencias fragmentadas.
Hoy pude comprender, sin un velo desvirtuador, que lo que hice y hago simplemente es, lo mejor que pude y puedo hacer para afrontar mi realidad.
La mejor solución posible.
Hablé desde el dolor, de permitirme transitar la tristeza y de recordarme a futuro que soy yo la que decido involucrarme en este o futuros entramados.
Hablé de amor y de no -querer- ver en el ser querido, las cosas que no me gustan de él.
Y para completar el círculo mi maestro me dijo algo que me partió la cabeza:
“No te enamores del adiestrador del elefante, si no hay en tu casa, lugar para el elefante”
Jime, 15 de marzo de 2011, 23:09:09 ART