Momento bisagra
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Aún sigo de viaje, y lo particular de este viaje es que ya estoy de vuelta. Hacía muchos años que no me pasaba esto, un poco más de diez?.
Llegamos al aeropuerto de Miami un día de semana a las casi 5 am, allí tomamos un omnibus al playón de estacionamiento de una agencia que alquilaba autos. Trámite de por medio, tarifa poco económica con la que dudamos unos diez minutos, de todos modos decidimos avanzar.
Subimos al auto, besha se acomodó en su asiento, no sabíamos ni cómo se abría el baúl, caja automática.
Aún era de noche y aún no habíamos caído en la cuenta de que ya estábamos en territorio norteaméricano.. Ella asumió el control del vehículo y yo el del gps, artefacto con el que me cruzaba por primera vez en mi vida.
Salimos de la agencia con destino KW y a 20 metros, en el semáforo de la esquina que se ponía en colorado, paramos y tuc!, nos miramos con el cuello duro:
- Boluda!, nos cho-caron?
- Cómo que nos chocaron?, que fue eso?
- Nos cho-caron, nos chocó un omnibus de pasajeros!
No podíamos salir de nuestro asombro, acabábamos de alquilar el auto, aún era de noche, instintívamente no quisimos ni apagar el auto ni desabrochar nuestros cinturones de seguridad.
Se acercó una mujer rubia preguntándonos si estábamos bien, que había visto el coche y que había sido culpa del bus, le preguntamos que se hacía en esos casos, tienen cell phone?, llamen al 911, no, a ver esperen, la conductora del bus ya los llamó, ella está obligada a hacerlo, ustedes hablan español?, sí, entonces exijan un policía que hable español, es su derecho, pero yo vi todo, pongan la caja automática en neutro y quédense así, si necesitan testigo cuenten conmigo, me quedo aca, quédense tranquilas.
Aún era de noche, recién llegábamos y en un instante me imaginaba pidiendo cigarrillos mentolados a través de las rejas.
No salíamos de nuestro asombro, llegó una mujer policía que parecía un personaje de película, ella de color, repleta de alhajas de oro, están bien?, si, habla español?, no, ya le llamo a un oficial que sí lo hace… vino el oficial, le pedimos autorización para bajar del auto, estuvo divino, nos colocámos una a cada lado, faltaba que le diéramos la manito, le explicamos nuestra versión del choque, nos dijo quédense tranquilas, no fue su culpa, éstas cosas pasan… vino el supervisor de la agencia de bus a sacar fotos, le explicámos, le dijimos que pensábamos ir a WK, que recién llegábamos, que no sabíamos si devolver el auto, que estábamos muy asustadas y nos dijo:
- no leidis, las chocaron, les hicieron un bollito, el oficial les está completando el reporte que entregarán cuando devuelvan el auto, planeaban ir a KW?, “que nada del mundo modifique los planes del viaje de vacaciones que tenían armado?.
Te juro, en ese momento fue como verle un halo de luz alrededor y unas alas en la espalda acomodándose, se había transformado en un ángel de la guarda que a modo de cachetada nos había recolocado en el camino.
El oficial nos ayudó a retomar la autopista, fuímos a SB a evaluar situación de estado, con algo de dolor de cuello y costillas, tomamos un café con leche, para ese momento amanecía.
Finalmente decidimos emprender el camino de casi 4hs a KW.
Y así fue como, aparentemente con ese inicio shockeante dentro mío se abrió un canal cósmico, pura y exclusivamente destinado a desbloquear el afecto, un canal a las profundidades de la sensibilidad, un canal que al día de hoy intento proteger porque tengo registro de que aún sigue fluyendo.
No soy la misma que se fue, ya no puedo serlo.
Jime, 26 de abril de 2010, 10:07:52 ART