Habitación 1209
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Que mala costumbre que tienen de hacerte abordar, y así, con el cinturón abrochado decirte que tenemos 35 minutos de demora. Decí que no soy claustrofóbica, porque el avión no era tan grande.
Una mosca se subió sin pasaporte, paseó por primera y decidió quedarse la mayor parte del viaje en económica. Debe ser por el sanguchito, era más tentador que esos cosos que llevaron a primera.
Estuve rodeada de adolescentes que adolecían del conocimiento del arte del silencio, no me dejaron dormir, y se ve que las turbulencias no les gustaban nada, nada. A mí me parecían encantadoras, era como estar viajando en tren.
Acabo de descubrir que la tensión del “ser madre” no me ayudaba a relajar la angina. Pese a extrañarlos, me alivia no tener mi propia exigencia de tener que ocuparme de los enanos por 48hs.
Loco ese descubrimiento.
Jime, 10 de diciembre de 2009, 21:30:06 ART