Excusas
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Me enfrento a la famosa “tabla rasa”. Me hice la canchera y pregunté si escribía un buen artículo si era posible que me lo publicaran, me dijeron que sí, me dieron los últimos números de la revista para que conozca el estilo y terminaron con un “cuando quieras”.
Yo sola me meto en éstas cosas.
Por supuesto que ahora no tengo una sola idea, que las palabras se quedan trabadas en el éter mental, se enlentecieron, como cuando el trencito de la Gruta de los Fantasmas del Italpark bajaba la velocidad al aproximarse a algún sitio en donde iba a salir un mostro para asustarte.
¿Ves?, por ejemplo, me resulta más fácil escribir sobre un parque de diversiones extinto hace más de una década, que sobre otras cosas.
¿Te acordás de “Cinema 180”?, podía estar más de una hora mirando películas allí, eso sí, después el desequilibrio laberíntico residual tardaba mas del doble en recomponerse, a menos que… no, mejor no digo que tenía que suceder para acelerar el proceso.
Que fácil es encontrar una buena excusa para evadirnos inclusive, para boicotear nuestros deseos.
Jime,
16 de noviembre de 2009, 22:14:47 ART
