Ecuación
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Madre amorosa se está recuperando exitosamente de su Cx del pie izquierdo, usa una bota rígida y ya puede -lentamente- trasladarse. Ayer se dio cuenta de mi cansancio y hoy, vino por la tarde a quedarse un rato con los niños para darme un recreo.
Las opciones eran variadas pero mi nivel de quemazón mental único. Cartera, libro en mano y partí.
Buenas tardes, te pido un cortado mitad y mitad en jarrito y éste sanguche de queso cremoso y salmón ahumado, ¿lo querés con un café? -pensé, ¿hablo en japonés?, y acto seguido, ¿debería ser irónica o dulce?... dulce e irónica, me gusta esa combinación-, si, lo quiero con café por favor, ¿te parece que habrá algún problema con eso?, no, para nada, es que me llamó la atención...
Menos mal que no se lo pedí con dulce de leche y pepinos agridulces!, no sería la primera vez en mi vida que hubiera tenido que hacer resucitación cardiovascular en un restó.
Bien, ahora sí, un momento en la ecuación espacio tiempo sólo para mí.
Dos horas, tan sólo dos horas pueden cambiar una carátula de “los mató en un acto de emoción violenta” por “los besuqueó en sus camitas mientras les decía que sueñen con los angelitos”.
Jime, 7 de noviembre de 2009, 22:33:56 ART