Principio y fin
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Soy cautiva de todos los seres vivientes con los que genero un lazo afectivo. Debe ser por eso que me cuesta tanto ponerle fin a una relación. Aunque estuviera planteada desde el inicio para un tiempo y fin determinado. Quiero “conservar” a todos esos seres que voy conociendo. Los incluyo al listado de categoría “mesita de luz si”, quiero tenerlos cerca, no perder el contacto.
Este mes de vacaciones forzosas de los niños necesité contactar a alguien que pudiera estar con ellos, y así fue como conocí a Belén, una joven estudiante y aspirante a "maestra jardinera", algo inexperta dada su poca experiencia laboral, pero muy dulce, agradable, cálida, cariñosa, responsable y con visibles ganas de aprender.
A partir de la semana que viene los niños retoman la rutina del jardín.
La realidad es que me encantaría poder solventar el gasto de combinar al jardín con Belén, hoy tengo claro registro de que es una fórmula fantástica, así cómo percibo lo afortunada que fui al conocerla, definitivamente ella -en este mes- le hizo bien a mis hijos y por ende, me hizo bien a mí. Me dá tristeza tener que asumir que eso no es posible, sin mencionar que en honor a la verdad ése era un vínculo que tenía preestablecida una fecha de culminación (al menos por ahora, je, no me resigno, no?, siempre intentando buscarle la vuelta).
Así es la vida, una sumatoria de circunstancias.
Jime, 30 de julio de 2009, 12:00:37 ART