Había una vez
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Como el cuento de Pedro y el lobo, uno descubre que durante mucho tiempo vivió en una realidad paralela como si se tratara de una historia de un cuento.
Mucho tiempo de invertir energía y paciencia infinita en intercambios de diálogo que se podrían catalogar como irracionales.
No soy buena para eso, no soy buena para la irracionalidad de cosas en las que se debería evaluaar consecuencias y/o beneficios en base a la razón.
Algunos dirán que eso le quita "pasión" a la vida. Ni siquiera estoy lo suficientemente armada como para cuestionar eso. Ni siquiera, aunque muy en el fondo de mi ser me parece que una cosa no debería ser excluyente de la otra.
Y ahí estoy yo, ahí aflora mi ser, destruido, desarmado, desmembrado en minúsculas porciones de vida, ahí está, con todo a flor de piel y emitiendo opiniones, desde vaya a saber uno donde, como el eco de un volcán, imposible de callar.
Decidí emprender un camino sanador, un camino de autocuidado, por mí, por mis hijos.
Un doloroso camino, al menos a priori, pero pensado en inversión a futuro.
Un camino mas parecido a la realidad y mas alejado de los cuentos... Había una vez, una mujer llamada Jimena.
Jime, 9 de julio de 2009, 12:06:15 ART