¿Para qué derrochar todo ese amor?
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"Y a lo mejor también era una forma de honrar cada uno su propia vida, se dijo. ¿Qué otra cosa tenemos? ¿Qué otra cosa, como no sea este bendito y milagroso intervalo de ser y autoconocimiento?. Si hay algo que honrar y bendecir es, sencillamente, esto: el preciado don de la mera existencia. Vivir desesperado porque la vida tiene fin, o porque carece de un propósito superior, de un designio implícito es una grosera ingratitud. Inventar un creador omnisciente y dedicar la vida a una interminable genuflexión no tiene sentido. Y también es un desperdicio. ¿Para qué derrochar todo ese amor volcándolo en un fantasma cuando hay tan poco amor en el mundo?."
Un año con Schopenhauer, Irvin D. Yalom
Jime, 22 de febrero de 2009, 12:10:38 ARST