La víctima
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El mensaje rezaba “El otro día les puse pantalones largos porque me pareció que hacia frio. Me los podes devolver? son fáciles de identificar: están viejos y les quedan cortos”.
Lo que transmite un pedido de algo que -sin enroscarse- se resuelve poniendo los pantalones en una bolsita para que lleguen a destino. Algo tan simple como pasar la sal cuando te la piden en la mesa.
Pero, cuando una -a.k.a. la bicha que duerme enroscada- hace el ejercicio de profundizar, no de buscar roña, de hecho una respondió diciendo ok, sino, nos referimos a que una intenta comprender los rulos mentales de su interlocutor, lo que en un breve análisis la lleva a deducir que: lo de viejos y cortos estaba de más.
Era necesario mencionarlo?, no, a menos que consciente o -démosle el beneficio a la duda-, inconscientemente haya querido victimizarse.
Y aquí es cuando a una le hace ruido la forma de comunicarse que elije el otro.
Una siente que comparativamente está en mejor situación que el otro, o bien porque tiene un set más completo de herramientas personales para afrontar la vida, o bien porque nunca se comunicaría con el otro poniéndose en el lugar de la víctima, o bien porque se siente “responsable” de lo mal que está el otro… que además de todos sus pesares sólo tiene pantalones viejos y cortos?
Pero a una, le ha costado conseguir estar en esa situación, sudor y lágrimas, trabajo cotidiano, esfuerzo, comerse los mocos. Una, buscó todo eso. Una pagó y paga el precio de aprender a crecer haciendo lo posible por no joderle la vida al prójimo.
¿Será que una está equivocada y la vida te hace cosas o somos las personas, las que sembramos circunstancias y en función de eso cosechamos?
¿Las cosas nos pasan o -por acción u omisión- las generamos?
Jime, 19 de marzo de 2010, 13:26:20 ART
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