lunes, 11. enero 2010
Perinola
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En este preciso instante soy la hija de la lágrima. Ahora, en éste minuto, en éste tiempo real.
Me esfuerzo por construir el día a día para poder sobrellevarlo, en éstos tiempos ni siquiera aspiro a más, me conformo con no bajar del estado meseta.
Y se aparece él, en forma desprevenida, con su ansiedad, esa misma que hechó todo por la borda, pidiéndome que le haga un “favor”.
Y me coloca en el lugar de mierda.
Y en lugar de su objetivo consigue a la hija de la puta lágrima, eso es lo que logró, ni su favor ni permitirme el derecho a tener una vida en paz.
A veces se me ocurre pensar que él juega a la perinola.
Resultado: todos pierden.
Jime, 11 de enero de 2010, 21:53:23 ART
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