domingo, 3. enero 2010
Yo solita
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Obvio!, ¿pensabas que iba a esperar hasta los reyes?, naaah, no me conocés, la prueba piloto de meterlos en esa palangana que usé cuando eran bebés, sirvió para comprobar que una más grande podría gustarles.
Ahora el dilema era si comprar una simil pelopincho, porque a Lucía se le iba a dificultar el ingreso y egreso y ante todo, la independencia.
Así que resultó ganadora éste enjendro inflable.
Y como no me avivé de comprar un inflador o misceláneo, sí, la inflé yo solita.
Ahora veo pajaritos de colores, nunca imaginé que inflar una pileta que ocupara la mitad del balcón iba a ser tan psicodélico.
El verano es largo, ahora al menos puedo remojar las sentaderas.
Jime,
3 de enero de 2010, 10:59:04 ARTlink 
