Misterios y Maravillas de la vida
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Internet tiene un efecto similar a lo que los intercambios epistolares producían hace décadas.
En circunstancias azarosas conocemos a alguien, y aquí comienzan los cuestionamientos, ¿conocemos a alguien?, ¿qué significa conocer a alguien?. Ok, hacemos contacto, podría alguien decir... mmh, y allí surge el conflicto, el hecho de que suceda en la virtualidad nos confunde.
Muchos tenemos el prejuicio de asumir que ojos que no ven, corazón que no siente, y por suerte algunos otros, por ahora la minoría, llegamos a comprender que cuando leemos entre líneas lo que un “desconocido físico” escribe y hacemos registro de lo que nos quiere contar, inevitablemente logramos conocer a ese ser.
El caso es que Lulú compartiendo -con la que suscribe- su enorme capacidad de afecto y generosidad me hizo llegar un obsequio único, maravilloso, inolvidable, por lo menos hasta que tenga alzheimer.
Ella, sin “conocerme” hizo registro de un pedido mío tiempo atrás, que bien podría haber quedado en el arcón del olvido y no, no dejó que eso sucediera.
Me emociona profundamente en estos tiempos, en esta adultez por la que estoy transitando, ser destinataria/partícipe de semejante gesto de cariño.
Lulú, te lo dije por mail y ahora lo hago público, no sé como agradecerte tan bonito presente, se me ocurre pensar que un gracias (!!)... es insuficiente.
Jime, 29 de octubre de 2009, 12:05:26 ART
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