Cuidado
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Llovieron enanos de punta gran parte de la noche. Nico se pasó a mi cama tal como acostumbra y me cabeceó tantas veces que lo devolví a su cama al menos 3 veces. Amaneció y seguía lloviendo.
Lo que me planteó un dilema, debía llevar a los niños al jardín que queda a 3 cuadras de casa, pensé, 2 niños, dos mochilas, valija de la vianda, mi mochila con la compu y misceláneos para trabajar, 3 paraguas, abrigos, nos vamos a mojar.
No, mejor a Lucía la llevo en el cochecito, con la capota de lluvia, que Nico camine con su paraguas, yo llevo sus cosas, después regreso y busco mis cosas y parto para la oficina, sí, esa idea me cierra más, sí.
Que encantador, ser un ekeko bajo la lluvia, que encantador.
Y así fue, volvi para buscar mis cosas, bién!, prueba superada, había logrado llevar a los niños con mínimo daño colateral, finalmente no llegaron empapados, me alegro.
Cuando llegué a la parada del colectivo, a dos cuadras de casa reparé que aún tenía en mi mano derecha la bolsa de la basura, la que debería haber depositado en el incinerador antes de salir del edificio.
Estas cosas me pasaban en la época en la que hacia guardia y trabajaba promedio 40 horas seguidas sin dormir.
Interesante.
Jime, 7 de septiembre de 2009, 12:08:44 ART
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