Mono a comando
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Se aflojó la base de la canilla monocomando de la cocina. Estuve todo el día intentando contactar a un plomero para que viniera a arreglarla antes de quedarme con la parte externa del comando en la mano y la inferior suelta a su libre albedrío inundando el bajo mesada.
Lograr que un plomero te atienda en lugar de su contestador es más dificil que ubicar a un médico en tiempos de pandemia.
Los niños se encontraban en casa de su padre, miré con odio la canilla, pensé, no puede ser tan complicado, y haciendo un juego de palabras me dije, pero si hasta un mono a comando debería poder arreglar esta cosa.
Saqué todo elemento que se encontraba en el bajo mesada, linterna y pinza pico de loro en mano me introduje en el receptáculo mientras sin buscarlo inventé una asana -tengo que recordarla para publicarla y hacerme famosa-, y 45´ más tarde el problema estaba resuelto.
Luego lloré.
Lloré desconsoladamente, obvio, no por la canilla.
Jime, 31 de julio de 2009, 1:18:34 ART
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