El pelo, la cara, los pies ó las manos
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Hoy tenía ganas de hacerme algún mimo… y eso se traduce en alguna cuestión de belleza.
El pelo… no… me daba fiaca y por otro lado, con el pelo no se jode, si no me gusta como me queda después de un corte… no respondo por mis actos.
Así que… ya que tengo la cara llena de puntitos negros, granulienta, grasienta… en fin, parecida a un gremlin después que se mojó, se me ocurrió que podia ir a sufrir a una cosmetóloga para que me torturara con una limpieza de cutis, pero no conseguí turno.
Me quedaban dos posibilidades más, o entregar mis pies o entregar mis manos… con los pies tengo un pequeño problema, y es que tengo muchas cosquillas, así que salieron sorteadas las manos.
La fui a ver a Marta a la peluquería que queda cruzando la avenida. Ella hace maravillas, pero tiene un defecto, y es que es muy curiosa, hace ochenta preguntas por segundo y habla hasta por las orejas.
Hasta que finalmente pregunta mediante… consiguió enterarse de que incursiono en la psiquiatría… palabras mágicas… ocurre con frecuencia… es el momento de amor u odio, y en este caso fue de amor… la sesión de manicuría se transformó instantáneamente en un diván, hasta por lo que duró, Marta se tomó casi hora y media para su labor… y yo me vi envuelta una vez mas en un:
- ajá… claro… mmmmmmh… seguro… y eso cuando pasó… ajá
Eso es lo que mas me gusta de esta profesión, no necesito ni un lugar físico en particular, ni instrumentos, ni tecnología … sólo la buena predisposición y se produce la magia.
Terminado el embellecimiento, Marta me agradeció la paz con la que se quedó… y yo le pagué por haberme hecho feliz de tener mis manos modeladas como para una sesión de fotos.
Jime, 22 de marzo de 2003, 20:26:55 ART
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