jueves, 13. marzo 2003
Instinto
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La tarta tenía un porte insulso, se hacía llamar rellena de zapallito, era bastante abundante y tenía el dorado óptimo. Pero algo escondía... mi instinto no podía equivocarse, no era una porción de fiarse.... no no no... Maldita sea la hora en que preferí engullírmela... a tolerar el ruido de mi propio jugo gástrico...
... la repetí toda la tarde... tarda de zapallito... tarta de zapallito... tarta de zapallito
Jime, 13 de marzo de 2003, 18:21:53 ART
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